viernes, diciembre 05, 2003

Anecdotario de prejucios

Ya sé que soy una pesada y hasta antipática con estas anécdotas pero así es la realidad. Mil disculpas para mis amigos españoles.

Ayer Ursula llevó a su hija al pediatra, como es madre primeriza, le pregunto a la enfermera si podía llevar a la niña a la guardería.
Le contesto:
Enfermera, bueno, es mejor que los niños se queden con sus madre, ustedes los extranjeros que vienen a trabajar, no les queda de otra.
Pobres, no sé cómo además tener trabajos humillantes se atreven a tener hijos.
Porque ahora los españoles no quieren tener hijos.
Ursula, oiga mi marido es español
Enfermera, ¿se quiso casar?¿Y tener hijos?
Si tienen curiosidad por saber si mi amiga la pinta de mi amiga para empezar su fenotipo no es latinoamericano. Tampoco tiene pinta de ser pobre, su marido gracias a su trabajo tiene un par de Goyas en el salón.
Quizá si se lo hubiera dicho a la enfermera, la dejaría calladita. En fin, así es la vida cotidiana.


La última

Hace un año aproximadamente iba con bibirije en el autobús, el niño iba haciendo carantoñas a las personas que iban en los asientos traseros.
De repente escucho el siguiente comentario:

Mira, este niño ya tiene dientes, lo que pasa es que a “ellos” les salen antes porque sus madres les dan comida “normal” desde los cuatro meses.

¡¡¡¡¡¿Cómo?!!!!
El niño tenía casi un año y tenía cuatro dientes, la mujer no rebuznaba porque Dios es grande, me pregunto de dónde saca esas cosas. Tenía ganas de decirle:
Señora, hay características entomológicas semejantes a todos los humanos y hay un cuadro sobre parámetros de normalidad para la salida de los dientes, los cuales no salen anárquicamente. Pero bueno, no me le iba a explicar los procesos de calcificación, además seguro que la mitad de las cosas no las entendía.
Eso para un niño de casi un año.