viernes, diciembre 19, 2003

Las cinco del viernes

1) Érase una vez un pequeño caballito de cristal aburrido de mirar como la maruja quitaba una y otra vez el polvo de las estanterías, compartía el tedio con una veintena de figurita de cristal, entre ellas no se hablaban, qué podían compartir, una foca, un paraguas o un barco.
2) La puso sobre la cama y muy lentamente acaricio su desnudez.
3) No me lo podía creer, aquel helado de chocolate sabía igual que tu piel cuando hacemos el amor, un sabor fuerte, amargo, alucinógeno que sólo el cacao posee
4) La mirada de aquella niña tenía tanta soledad y tanto dolor inverosímil para su edad. Hoy, diez años después, supe el motivo, el culpable estará en prisión.
5) Si por lo menos alguien quisiera escucharme, lo embrujaría con susurros y después me lo comería.