sábado, noviembre 15, 2003

Mamitis/enmadramiento

Son las siete de la mañana, me levanté a las seis -todos los días lo hago- y a las seis y media Saltimbanqui ya estaba a mi lado. Siempre pasa lo mismo, no importa si son las tres, las cuatro, al poco tiempo de levantarme alguno de ellos está detrás de mi.
Yo suelo levantarme antes para leer, ver mi correo y para estar sola.
¡Ya está aquí Bisbirije!
A veces, ser madre me lleva asentimientos contradicotrios por un lado me gusta que mis hijos me quieran tanto, pero por otro, me siento saturada.
En fin, he asumido que mis únicos ratos libres son los del tren.
Seguramente en unos años no me harán ni caso, después se buscaran la vida, tal vez cambien de país como yo y pueden pasar tantas cosas...
Me voy, reclaman mimos/apapacho.