jueves, febrero 12, 2004

Instantánea. Telma

Telma está mejor, los médicos dicen que solo es falta de litio. Probablemente si. Pero aceptarlo sin más nos hace esclavos de los ingredientes más burdos de nuestra materialidad. Yo que no creo en Dios, que no creo en premoniciones de ningún tipo, me niego también a creer que soy continente de reacciones químicas.
Telma no sabe estar sola, ni siquiera tuvo vida intrauterina en soledad; ella y su hermana compartieron la misma bolsa, se calentaron en el mismo líquido amniótico.. Por eso, cuando su gemela murió, no fue como si la muerta hubiera sido sólo su hermana.
¿Y si fue el cerco del marido?
Se casó cuando tenía 19 años, con un viudo, padre de tres hijos; la mayor de 12 años. El campo de batalla estaba listo, peleas sin tregua, riñas que las niñas pasaban en el baño acuclilladas, llorando, tapándose los oídos. Peleas donde en mas de una ocasión aparecieron cuchillos, y ellos persiguiéndose alrededor de la mesa. Peleas que destruyeron puertas, reclamando que el otro saliera.
Sin embargo, no fue ningún momento de violencia el que la empujó a irse. Una mañana, antes de salir a trabajar, fue a ponerse los zapatos, Rodrigo había escondido uno zapato de cada par.
Cuando ella pregunto, le dijo:
--Por ahí ha de andar, nomás que nunca pones atención.
-¿cómo no voy a poner atención? Órale cabrón dime donde están los zapatos. Tú los escondiste.
-Estás loca, si tienes unos, ahí deben estar los otros.
Descalza salió de la casa. Creían que no podría sostenerse, acostumbrada a un nivel de vida cómodo pero sin grandes opulencias. Pero lo hizo, pidió un préstamo y compró chamarras y bolsas de imitación piel; las vendía entre los profesores de la secundaria o en las reuniones sindicales de la sección 10 del SNTE.
Rodrigo es Físico-matemático, estuvo en la lista de los candidatos para ser el primer astronauta mexicano.