miércoles, noviembre 26, 2003

Ayer el mundo era negro

¡Qué día más feo!
Me dio un bajón nostálgico, tenía ganas de subirme a un avión y aterrizar en tierra chilanga. ¿qué chingados hago yo aquí?. Regresé a casa con el ánimo de hablar con don Cuervo Perfecto y decirle:
-Vamos, tú y yo estaremos mejor allí.
Y lo creo, estaremos mejor por las mismas razones que aquí, pero a la inversas.
Porque yo estaré en mi país y porque él será extranjero. Conociendo como funcionan las cosas en México, lo malinchistas que son, seguro que encuentra un buen trabajo. Ninguno va al páramo laboral. (creo y me lo creo).

Luego vino el orgullo herido del transterrado, como diría José Gaos. ¿Cómo voy a regresar con las manos y el currículo vacío? Claro, estas pendejadas nomás las pensamos quienes salimos hacer las europas. Si estuviera buscándome los frijoles de sol a sol, ya veríamos si andaba de ociosa. (en el libro Aires de familia, Carlos Monsiváis, el autor hace una aseveración acertada. El inmigrante no opta necesariamente por el mejor camino.)
Al llegar a casa tenía un par de opciones,
a)Volver al tabaco, desde que ponen “fumar mata lenta y dolorosamente”, me da más morbo.
b) fumar y tomarme un tequilita.
c) tomarme un tequilita y alimentar mi espíritu chismoso en los blogs. (nunca he fumado con la computadora al lado, manías)
Al final, me senté a ver la página del Santos que Kchivaches enlazó, un tequilita y se resolvió mi nostalgia con la saturación de absurdos que me hicieron reír..
Eso de al final, quiere decir, después de dar de cenar, bañar y dormir a mis querubines.
Sin que venga a cuento. El PIB gringo creció 8.2%, ¡caramba, cómo repunta la economía una guerra!