martes, noviembre 18, 2003

sin iconografía religiosa

El domingo fui al teatro con los niños, vimos una obra de títeres, sin diálogos, en homenaje a Luis Buñuel. Auténticamente surrealista.
En la obra aparece un demonio, Saltimbanqui y Bisbirije no tienen referencias religiosas así que para ellos el personaje era un monstruo más.
A veces me pregunto si está bien que los eduquemos así. Por un lado, creo que los valores deben estar cimentados en la razón, y por otra parte, a veces no estoy segura en cómo responder las preguntas de Saltimbanqui, el mayor. Me pregunta por qué él no va con sus amigos a religión y se queda con sus compañeros marroquíes, también me ha preguntado qué es el paraíso, y confunde a las monjas con Ángeles de Charlie.
Es difícil, sobre todo porque en la escuela no se favorece un entorno laico. El año pasado nos enviaron una hoja hablándonos de las virtudes de la clase de religión como fuente para el desarrollo de la psicomotricidad de los niños.

Según la Constitución Española este país es laico y sin embargo, los chicos en las pruebas de ingreso a la universidad también tendrán que evaluarse en lo eufemísticamente llamado “hecho religioso” que se supone es el conocimiento de la historia de las religiones.
De religión, política y fútbol, no se debe hablar. Sobre lo primero se cumple, de lo segundo, se declara apolítico y lo último, todos los días en la radio, en el periódico, y hasta que termine la ligue.