jueves, enero 01, 2004

Los nuevos apóstoles.

Supuse que en estas fechas los evangelizadores, los mormonizadores, los testigojehovadores, empacaban sus revistas y se entregaban a las variantes festivas.
Pues no, me encontré a uno de ellos. Me preguntó;
--¿Usted lee la Biblia?.
--Si, todas las noches.
(como si lo dudará, inquirió sobre mi lectura más frecuente)
--Leo San Juan, Salmos y el Apocalipsis.

Tengo en mi casilla de emergencia, varios versículos, Diez minutos después, me dejo, convencido de que era una ferviente creyente.
Cuando era joven y mi apostatía estaba lejos, me daba por ateoizar a tan impertinentes creyentes, tarea inútil, hasta una hora desperdiciada en esa confrontación “evangelizadora”. Así pues, decidí memorizar algún versículo y terminar pronto; desde que lo hago ni siquiera me dan la revista.
Amén.