Mi parte más maruja y comadrera.
El viernes fui a clase de cocina, como he declarado en otras ocasiones, soy prófuga de la cacerola y bastante inútil en el arte culinario.
Mis hijos me piden algo tan simple como tortilla de patatas o croquetas, dos comidas que a mí no me gustan en absoluto. Siempre he preferido los platos de cuchara, un gazpacho o un cocido, (que si sé cocinar).
La clase estuvo muy bien, sopa baturra, un postre y un segundo plato. En clase quedaron muy buenos, será cuestión de ver cómo me salen en casa..
Hace unas semanas, Saltimbanqui le dijo a su padre.
--Cuando te mueras, ¿quién nos va hacer de cenar?
Dice Señor Cuervo Perfecto que nuestro divorcio es inminente, ya que una vez que me sepa mover en la cocina seré totalmente independiente.
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