Instantáneas. Beatriz.
Lo que más me gusta de Beatriz, es su desparpajo, ya sé que no es una cualidad inhabitual, pero si su intensidad. También me gusta su promiscuidad, no es ninfomanía no la domina el deseo, sino que con cada hombre con el que está lleva su deseo hasta el final. Intensidad no exenta de malos entendidos y no menos ofendidos varones. (para que luego digan que solo las mujeres se ilusionan al primer acostón) . La combinación entre ambas ha dado resultados también bastante patéticos, cómicos y trágicos acontecimientos extendidos más allá de una noche de copas, de una noche loca.
Para muestra un botón.
Uno de los talentos vaginales de mi inteligentísima amiga, no por la vagina, pero aquí su labor docente no importa, consiste en la aplicación de la técnica de Kegel, que consiste en la contracción de los músculos de la vagina, ejercicios que solo tienen consecuencias positivas y no limitadas al ámbito sexual, por si algun@ suspicaz pretende fijarse en este detalle. Los ejercicios de Kegel no solo sirven para aumentar el placer sexual propio y del acompañante en caso de que sea varón, sino que el ejercitar los músculos del suelo de la pelvis puede significar una gran diferencia en el control de la vejiga. El ejercicio fortalece los músculos que sostienen la vejiga y mantienen los otros órganos de la pelvis en su lugar. La pelvis es la parte del cuerpo que se encuentra entre los huesos de la cadera. El límite inferior de la pelvis es la parte que se encuentra entre las piernas y está formada por varias capas de músculos elásticos. Los músculos se adhieren a la parte anterior, posterior y lateral del hueso pélvico. Son principalmente dos músculos los que hacen el trabajo. El más grande se estira como si fuera una hamaca. El otro tiene forma triangular. Estos músculos evitan la salida involuntaria de orina y materia fecal.
Beatriz conoció a un chico -cuyo nombre no recuerdo pero la nacionalidad sí- argentino. Beatriz siempre se deja llevar, no calcula el placer del otro, no trata de impresionar. Fluye y se diluye en sus sensaciones, su cuerpo se manifiesta de múltiples formas, una de ellas la técnica Kegel. Beatriz sabe que algunas noches se pueden terminar con una tormenta de acusaciones. Esa noche se rompió el condón, según nuestro amigo boreal todo era culpa de Beatriz por esas cosas tan extrañas que hacía, que a él no le gustaban, es más le hacían daño. El pobre estúpido estaba asustadísimo de contraer alguna enfermedad venérea, como poco. Temor de que no hago leña, pero si de las atrocidades que dijo. Puta fue lo más bonito que escucho esa noche.
El mal trago se prolongó dos meses más, la consecuencia fatídica, un embarazo, abortó. La solución no fue tan traumática, ella sabe tomar las riendas de vida y de sus decisiones, pero un regustillo amargo quedó.
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