Marcela
El martes murió Marcela, en su casa.
Hace un par de meses hablé de ella y de Teresa, ambas con cáncer, con distintas fortalezas y medios para afrontarlo. Además de ese vinculo de amistad con ambas, hay otro vinculo extraño.
Cuando Teresa pasaba su año sabático en España, aquí se aficionó al Reiki y a la lectura de Cartas. Nury, una cubana medio santera, era la encargada de la curación por imposición de manos y prever el futuro.
Un par de ocasiones hice Reiki y sólo en una ocasión Nury leyó mis cartas. En esa única ocasión me dijo:
-Una amiga extranjera buscará consuelo, tiene una enfermedad grave de triste fin.
Una semana después Marcela me buscó y se desplomó al contarme de su carcerometastasis. Un año antes el cáncer estaba en un seno, después pasó al pulmón.
Aún cuando la predicción en coincidencia con la casualidad me sorprendió, la había olvidado pero el viernes no dejó de retumbar en mí. Pasé un par de días con un nudo en la garganta, pienso en mi amiga y tengo muy clara cuál era su principal angustia. Su hijo de cuatro años.
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