jueves, abril 08, 2004

Lobo feroz

El día que nació su hija lloró.
Lloró tanto que la niña enmudeció.
Volvió hablar cuando su madre festejó con una sonora risa su dibujo infantil.
La niña y ella, aprisionadas, en la barriga del lobo feroz.
Tú y yo, otra vez calientitas. Eso dijo.
La madre calló.