Shock art. Cuando la antropofagia cuestiona al poder político.
La primera semana de enero de 2003 el canal 4 de la televisión del Reino Unido transmitió el espectáculo del artista chino, oriundo de Shanghai. Zhu Yu. Este artista pertenece a una nueva generación que a través de su arte cuestiona por contraposición y bajo el lema ¡no hay límites!, al régimen chino.
El acto consistente en comer un feto humano de aproximadamente seis meses, cocinado a la parrilla, ya había de causado conmoción cuando lo presentó en la Bienal de Shangai en 2000.
Si bien se han incrementado el numero de artistas que trabajan con cadáveres animales o humanos, ya sea en escultura, fotografía, o performance me parece relevante de este autor chino dos posturas al respecto.
Por un lado su pertenencia a una generación contestataria en un régimen político que no sé caracteriza por su respeto a los derechos humanos., El trabajo de Zhu Yu, puede servir para realizar varias preguntas que van desde el sexo del feto, pregunta nada ociosa si nos atenemos al alto índice de abortos de fetos de niña (sic). ¿cómo consiguió el feto? ¿cuáles son los criterios “éticos” para llevar este tipo de manifestaciones artísticas a la televisión? Y muchas preguntas más de diversa índole.
Sin embargo, hay una declaración del artista en la cual me gustaría detenerme:
«Ninguna religión prohíbe el canibalismo. Ninguna ley dice que no se pueda comer carne humana. He aprovechado ese espacio vacío entre la moral y la legalidad para desarrollar mi trabajo»
Meses después de ese performance la realidad fue más allá. Un ciudadano alemán también realizó un acto de canibalismo con su eventual amante, al que había conocido por internet. Ahora ese caso va a ser llevado al cine.
En las últimas fechas nos hemos horrorizado con las fotografías de los soldados británicos y sobre todo estadounidenses torturando, violando, humillando.
¿Hasta donde llega nuestro horror?
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