Apuntesde criminologia
Hace un par de meses leí un libro editado en Colombia sobre antropología forense que en la introducción decía:
“Ante todo, es importante resaltar la labor de las Directivas de la Universidad Nacional de Colombia quienes abrieron la posibilidad de desarrollar la línea de profundización forense, tanto en su función social en relación a los Derechos Humanos (…) en donde se analiza la situación de violencia en el país y su relación con la oleada de desaparecidos y de violación en general de los Derechos Humanos de los ciudadanos colombianos.
Y en la dedicatoria:
“A los desaparecidos de todo el globo, de todas las épocas y por distintos motivos, quienes con su sacrificio han hecho posible que “la muerte le enseñe a los vivos” a soñar con un Mundo lleno de respeto por las ideas del otro.
Pues bien, semejante introducción y dedicatoria hicieron evidente, al menos a mí, las vías de desarrollo, los orígenes tan perturbadores como las desapariciones. Plantearlo significa mirar el propio ombligo y abandonar momentáneamente los dictados de las escuelas criminológicas estadounidenses y europeas.
Leer textos que hablan del origen de la criminología en América Latina nos remite necesariamente a pensar en las diferencias sustantivas que en Latinoamérica existen a diferencia de la ciencia en Europa y Estados Unidos, Sin embargo, la historia de la criminología en América latina tiene varios vaivenes interesantes de observar ya que las reformas a los códigos penales de acuerdo a una realidad concreta fue proporcional a la demarcación de los códigos europeos.
En 1889, en México, Miguel Macedo, en su Cátedra de derecho Penal, se difunde la escuela italiana.
Brasil es el primer país en publicar un libro que lleve el título Criminología y derecho, sin embargo, el libro de Luz María Drago, Los hombres de presa, publicado 1888 en Buenos Aires donde realmente se hace una reflexión de carácter crimonológico.
Hacia la mitad del siglo XIX la ciencia tiene un avance en general y que su creciente prestigio la convirtió en elemento decisivo del progreso. Ya Saint Simon señalaba cómo el único interés común de toda la humanidad era el proceso de las ciencias. Es más la ciencia llegó incluso a atraer también a aquellos que necesitaban un sistema general de creencias, llegando a convertirse en el sustituto de la religión.
Las ideas evolucionistas de Darwin y Spencer y Saint Simon y el método positivista de Comte, cumplieron esa finalidad justificando el orden. Se trasformo, por ejemplo, la forma de tratar la locura: la medicina mental, como se llamaba entonces, se comenzaba a estudiar sin discusión (…)
Asimismo, se desarrollo la sociología con la finalidad de intentar comprender la sociedad del momento. Se creó concretamente la sociología positivista, que como dice Marcuse, fue “el salvador ideológico apropiado” abogando por el método de la observación experimental como lo señalaban las ciencias naturales y considerando a los fenómeno sociales como fenómenos naturales. El método científico adoptado para el estudio de la sociedad sería una alternativa apolítica para abordar los problemas sociales como objetos neutrales gobernados por leyes universalmente válidas.
La misión histórica de la sociología, tal como lo señala Goldner, sería la de completar y culminar lo que todavía se consideraba un aspecto incompleto de la emergente revolución industria, pero al mismo tiempo esa ciencia serviría como legitimador de la moral, llegando a convertirse el positivismo en una religión de la humanidad. Su lema sería el orden y el progreso y su método el de la observación experimental. Era el momento para que las ciencias del hombre que se ocupasen no sólo del estudio de la sociedad y de la enfermedad mental, sino también del problema concreto de la delincuencia siguiendo los postulados considerados universales para toda la ciencia en ese momento.
Ahora bien, cual fue el ambiente en el que la criminología apareció en América Latina, cuando bien sabemos que ese caldo de cultivo para el desarrollo de la ciencia no existía al otro lado del Atlántico más bien, nuestra realidad era de dependencia e importación y bajo esas dos características decimonónicas aunadas al rechazo de aceptar nuestra historia, nuestra gente, nuestra realidad, por lo que se volvía siempre la mirada hacia lo europeo. Todos los países adoptarían los postulados fundamentales de la filosofía positivista, y adopción se deformo y surgió una versión latinoamericana, aún cuando cada país lo acogiese por razones diferentes. La adopción del positivismo también contribuía a legitimar la posición dominante de los grupos de poder y sobre todo a fortalecer el estado oligárquico. La adopción de las principales corrientes ideológicas europeas tiene su explicación central en l apropia historia de los países latinoamericanos, los cuales tras siglos de dominación de gestionarse a partir y a través de una estructura política, económica y social, de la cual pensaron se podrían deshacer con la independencia. La emancipación política debería estar aompañada de la “emancipación mental” lejos se eso se siguió con el camino de la importación.
La importación de la criminología se debía ya que para las clases dominantes e ilustradas habían definido los dictados de la ideología liberal y la filosofía positivista, consideradas como la mejor vía para lograr el “orden y el progreso, pero sobre todo el “ orden” al cual consideraban tan necesario, no sólo por los largos periodos de anarquía, caudillismo y guerras civiles que habían caracterizado a la historia del siglo XIX latinoamericano y u na de las primeras tareas sería la de formular un marco jurídico-político adecuado en el cual tendría cabida la nueva ciencia de control social.
I. Las primeras importaciones: La Penitenciaría y el código Penal.
En América Latina existían problemas delictivos concretos y necesidad de buscar soluciones acordes con la época. Al mismo tiempo se quería resolver el estado en que se encontraban los presos en la época colonial, buscando medios distintos.
Por eso la preocupación inicial estuvo dirigida al campo penitenciario ya fomentar en América Latina la creación de casas correccionales y prisiones similares a las europeas y norteamericanas.
Lo que, sin embargo, además de no tomar en cuenta que la creación de estos establecimientos debían de estar acordes con las necesidades locales y las condiciones climatológicas tampoco se observaron que para los años de 1860, la penitenciaria ya había fracasado como medio de “rehabilitación institucional” en los Estados Unidos. En América Latina con mayor razón ; cuando se implantó no sirvió más que como lugar de custodia –muchas veces como simple depósito de presos, pero sobre todo con una finalidad segregatoria.
Otra característica de la penitenciaria, o bien del sistema carcelario fue la expulsión de los delincuentes, que a falta de colonias, como Europa se les enviaba a islas cercanas o bien a la selva.
En estrecha relación con la s inquietudes penitenciarias surge la procuración por la elaboración de códigos penales , siendo durante mucho tiempo copias casi textuales de los europeos sobresaliendo el caso de España.
Una de las características de nuestro continente, es que los postulados positivistas. No fueron a aceptados a nivel legislativo. La legislación sería de tendencia clásica e incluso los códigos modernos son de corte neoclásico.
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