jueves, octubre 19, 2006

No sè si un recuerdo es algo que tenemos o algo que perdemos. Woody Allen

Ayer, mientras venía La otra, de Woody Allen y Bolaño dormía sobre mi vientre, sentí la ausencia de mis pequeños. Cuántas veces nos quedamos dormidos viendo películas, ahí, en ese sillón, incómodos, apretados. Cuando nos pasaba era porque éramos renuentes a dejar la compañía, yo con la pereza de llevarlos a su habitación pero eso sería incierto, siempre he sentido que mientras más cerca estén de mi, no solo velo que su sueño sea tranquilo, sino ante cualquier sobresalto ahí estaré para abrazarlos y decirles.
--duerme, no pasa nada. Mamá está aquí.

Había días que hacía todo lo contrario a lo que te recomiendan los libros de psicología infantil: Los niños no deben dormir con sus padres.

Dormían en mi cama, uno a cada lado, abrazados, a la par.
Cuando dormían en su cama, yo tenía que turnarme para abrazarlos y besarlos.
Saltimbanqui prefería ser el último en la fila de los abrazos, sabía que su hermano dormía pronto y profundamente.
Así él podía disfrutarme más, aprovechaba para contarme sus cosas, y para pedirme que lo abrazar de cierta forma. En esa intimidad es donde a él le gustaba de escuchar que lo amaba, tan renuente a que se lo dijera en sitos públicos.

Si por casualidad, Bisbirije despertaba, me reclamaba.
--a mí... por qué me abrazaste poquito.
Y vuelta a empezar.

Antes de tomar la decisión, entre las múltiples cosas que cruzaron por mi cabeza, fue el peso social.
Y ahora me parece tan absurdo.
No contaré la historia de un desagarro cotidiano, sonaría a melodrama .

El dolor es más tenue, punzante, alejado de las lágrimas.
Dudas, remordimiento.
Y en medio de todo sigo pensado que fue lo mejor.

He hablado con el director de la escuela donde están.
Me dice que están bien, que van aseados y van todos los días la escuela.
"que te puedo decir, son bueno niños.
...
La contraparte me dice que los niños no piden hablar conmigo.
Me parece mal? No, me alegra que mis hijos no vivan como un desgarro toda esta etapa, no digo que sin fisuras y que hay improntas


¿en qué momento dejamos de ser una pareja feliz?¿en qué momento dejé de ser feliz con él?

Si esos sentimientos tuvieran una fecha exacta, tal vez se podrían tomar decisiones más eficaces. No hay fechas, hay desgaste, hay silencios, hay huidas, la mía.