dices tantas cosas
Dices que soy tu norte cálido.
Y tu amor, no digamos tanto, tu deseo, te hace irresponsable.
Das un triple mortal: de la discreción y los 300 kms que elegimos para que nos separen de las miradas inoportunas a intentar persuadirme de pasar juntos las noches que dura el próximo Congreso.
Hay un poco de desesperación, dices que no sabes cuándo volveré ni siquiera si lo haré.
Hace unos días me dijiste, cuando regresaste de tu “rancho”, que esas dos semanas de viaje laboral coincidieron con las dos semanas del año que más te gusta el cielo de tu país. Yo nunca he pensado en algo parecido, quizá hora lo vea diferente.
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