sábado, marzo 20, 2004

No suelo hablar de eso

Hace varios años que estudio prisiones de mujeres. Todo empezó porque me interesaba el homicidio femenino en el D.F. después mi estudio se extendió a las prisiones en México.
Cuando empecé a estudiar prisiones y después criminología no faltó quién me designara como "rara" o "morbosa". Al principio fue duro, enfrentarme a relatos tremendos, después conocer directamente a protagonistas. Curiosamente, uno se acostumbra con más facilidad a ver muertos, y las sensaciones también ahí están graduadas y la reacción está en relación con el cómo y quién de su muerte. La maldad humana nos puede dar muchas sorpresas.

Ante el horror, el humor. El humor negro era la constante de mis profesores de antropología forense. Es apasionante entrar al Museo de Antropología Médico-Forense. El director es muy divertido.
Al grano, no suelo hablar aquí de mi "profesión" porque la mayoría de las ocasiones sería para contar cosas desagradables. Es como si una enfermera hablará de las curaciones que hace en el transcurso del día.