miércoles, abril 28, 2004

Clara

Clara, Clarita, de ojos azules, de ojos violetas, de ojos tornaropados.

Te conocí vieja, calificada de excéntrica, ¿y lo eras?, solo porque te negabas a llevar medias de lana y canclas para el frío. Tu piel apergaminada llena de vivos colores, un colorete rosa demasiado intenso, lápiz labial rosa chicle, y la línea de los ojos de azul turquesa, pero lo mejor de tu excentricidad era el cambio semanal en tu color de pelo.
Tu coquetería era apodada te llamaban, It, Donal McDonald o Brozo.
Te veía a través del cristal de mi oficina atravesar los pasillos cargada de archivos y de tu joroba senil, tintineaban los collares de alegres colores.

A mi francamente lo único que me sorprendía era que cada mañana incluías en tu gimnasia cotidiana diez minutos de twister.