jueves, junio 10, 2004

¿Oleada?

Ayer le hablaron de la Universidad a Sr. Cuervo para notificarle que tenía “denuncias” de varios alumnos porque los maltrató verbalmente. En la noche llamó su primo, nadie cogió el teléfono, él no quería y yo tampoco deseaba escuchar durante una hora los lamentos de su primo.
Por qué el primo, bueno, es amigo del director del departamento; es más, el director lo llamó a él antes que a Sr. Cuervo. Y no, no fue él quien lo metió en la Universidad. Para no hacer el cuento largo, el primo dejo un mensaje diciendo que habían iniciado el procedimiento para destituirlo como profesor.
Sr. Cuervo no ha querido hablar, y estoy convencida de que no es consciente de haber “ofendido” a sus alumnos. Pero también sé lo profundamente provocador que es; las cosas que dice suenan a ultraderecha y a machismo; tiene fama de esquirol, nunca ha hecho huelga, ni en contra de la guerra, ni de profesor.
Tal vez hoy me entere de las acusaciones, hay una que me parece estúpida “Sube los pies al escritorio”, por lo que deduzco que son los alumnos de derecho y los suspendidos.
Casi el 60% de la clase suspendió. Si, es un profesor difícil, en un examen por cada respuesta errónea te descuenta .50 punto, si no hay respuesta el .75% de un punto. Con todo un alumno saco en total 13 y otro 11 (participación en clase, trabajos y examen)

Talvez las acusaciones sean ciertas, en cualquier caso, mi “deber” es estar a su lado. Un duro trance para él, y no tanto porque la vida académica sea importante, siempre la ha visto como algo marginal a sus intereses, sino porque se va humillado.
En fin, esto disipa las dudas sobre otras cuestiones, a nuestro regreso de México, se va a Rusia, y nosotros no quedaremos en España, sin él, al menos seis meses. No es la primera vez que su trabajo en el extranjero nos aleja.
Su ilusión es irse a vivir a Miami, dice que es el centro de Latinoamérica. También me propuso irnos a la Isla del Maíz, en Nicaragua.
El año pasado hizo una solicitud para trabajar en Bruselas, al final no pudo ir, la nueva cuota a cubrir por los nuevos estados miembros de la Unión Europea lo dejo a milímetros de ese trabajo. Un trabajo que le entusiasmaba.
Yo había aceptado cambiar de país, con todas sus consecuencias, empezar desde cero, iba a ser la tercera vez. Estaba tan segura de su elección,basada en datos externos y objetivos, que había empezado a buscar casa y escuela para los niños.

Aquí esta otra vez, esa sensación de futuro incierto, de no saber donde terminaremos.
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Oleada. Julieta Venegas.

No quisiera detener esta oleada que me lleva
a dónde, adonde no lo sé,
sólo me muevo con ella.
Y nadie ahi me conocerá,
y a nadie ahí reconoceré
pero no tengo miedo

No quiera detener
esta oleada que le lleva.

Y todo lo que ya viví,
lo sigo cargando.
Lo llevo muy dentro de mí
nunca lo he olvidado,
lo cierto tan cerca de aquí,
lo llevo muy dentro de mí

Voy a buscar en un lugar,
en este mundo abierto
donde me pueda yo quedar,
para empezar de nuevo.