jueves, enero 08, 2004

Conocimiento en sentido bíblico.

Anoche, antes de dormir, leí un texto de Alejandro Aura, la construcción de la memoria erótica. Me puse a pensar cuándo fue mi primera visión erótica, no lo tengo muy claro; recuerdo la desnudez de mi padre, mi hermano y hasta de alguno de mis primos, visiones alejadas de cualquier pulsión, simplemente porque siempre estuvieron ahí, crecí(mos) sin dar connotaciones sexualizadas. En la caso de los hombres con las mujeres de la familia exactamente igual.
Yo creo que conocí hombre, en sentido bíblico, antes que su cuerpo desnudo. Cualquiera que hubiera dando rienda suelta a los calores de adolescencia sabe a lo que me refiero.
Los cuerpos desnudos me gustan, ¿tienen que ser bellos? no es necesario, supongo que cada uno desarrolla sus fetichismos, en general, me gusta contemplar las piernas y si a éstas le sientan bien unos bóxer, qué bien.