martes, enero 06, 2004

Horas extras

Aquí estoy de nuevo, después de cumplir mis horas extras obligatorias como Rey Mago.
Acabo de leer un correo de mi mamá, como toda madre y abuela, sobre todo si vives a ocho mil kilómetros, mezcla los recuerdos de sus hijos con los deseos para sus nietos.
Me recordaba que alguna vez nos llevo al desfile de día de Reyes, ese día iba el Santo, el enmascarado de plata, mi hermano y yo éramos devotos, tanto era nuestro fervor por este luchador, que cuando murió le pusimos una veladora en un altar que improvisamos.