Cuántas cosas se rompen cuando rompe una pareja.
Hay grados, condicionantes, involucramiento. Todos los cariños que crecen alrededor de esa pareja, por no decir los amigos mutuos, luego descubrimos que ni eran mutuos ni eran amigos.
Desde hace meses (casi veinticuatro) mi amistad con una amiga pende de su matrimonio. La historia es complicadísima, su esposo es primo hermano de mi marido, ellos dos tienen una relación peculiar, (por no llamarla enfermiza). Nuestro primer frente común era la familia política, después entre el viboreo descubrimos mucho más afinidades, nuestra aversión a nuestras respectivas suegras pasó al olvido.
El abanico de charlas se abrió infinitamente, ella es traductora de chino y estudió teología feminista. Quizá una de nuestras divergencias sea la religión, ella es católica practicante y lee todos los días la Biblia con sus hijos. Y yo, casi todos los días dudo de la existencia de Dios.
Las razones de la crisis matrimonial las sé, la he visto llorar muchas veces, desesperada, aferrándose a soluciones, (también cree el sacramento del matrimonio). Después de casi dos años, nuestra familia política nota indicios, me acribillan con preguntas. Yo, no he dicho nada, ni siquiera a Señor Cuervo Perfecto.
Ya no voy a su casa, el ambiente está enrarecido, su marido me mira callado, no sabe hasta dónde sé, no sabe si debe preguntar algo, le da miedo que su familia se entere.
Ya era incómodo hablar con él, un día se puso a llorar porque su primo, mi marido, no quiso ir a comer con ellos. (ya dije que la relación era patológica). Yo creo que le da miedo caerse el nicho.
En fin, tal parece que perderé a esta mujer que tanto aprecio.
Miguel Angel se acercó y en media hora me sacó todas las vértices de su dolor y su soledad. Gema y él, habían decidido separarse, ella se quedaba con los niños y el piso; él se compró otro piso, dos edificios más allá.
Me contó que Gema ya tenía novio.
Dice que se siente extraño, ver y hablar, como si fueran simplemente amigos, con la mujer con la que compartía cama y desayunos. Dice que se siente solo, los amigos han hecho un hueco enorme, no saben cómo comportarse y han desaparecido.
Los amigos dicen que hablar con uno y con otro sería una “traición”. No entiendo, de quién eran amigos.
Creo que el mínimo rasgo de lealtad podría ser:
Mira, yo siempre he apreciado un poco más a X, así que como eres Y, puedo prescindir de ti.
Ya, suena muy bruto, pero dejar ahí al borde del hoyo negro, ¿no es peor?
<< Home