miércoles, mayo 19, 2004

Cundo los muertos no se desploman

Debajo de la basura del barranco hubo un río, nunca tuvo nombre, y lo conocía, y no soy vieja tengo treinta años, mi madre nos enviaba a tirar la basura, porque el camión pasaba de vez en cuando. Algunas veces nos enterábamos de algún muerto arrojado por ahí, casi siempre los encontraban excursionistas; recuerdo uno, que lo encontraron sentado sentado, como el Pensador de Rodin, un como relativo porque este pensador estaba vestido, sucio, para cuando lo recogieron ya estaba tieso, cuando los camilleros se lo llevaron, dejo de ser el Pensador y ahora parecía dormir en posición fetal. Nunca supimos porque se murió. ¿qué extraño, no? Uno supone que el cuerpo se tiene que desplomar vencido por la muerte.