sábado, julio 24, 2004

Las psicoanalistas

Dos de mis amigas son psicoanalistas, Ana, lacaniana y  Berta, jungueana.

Si bien no pueden psicoanalizarme, se les disparan la alarmas con las cosas que le cuento, sobre todo en estos momentos de crisis, supongo que por  deformación profesional;  tienen una virtud,  me dicen lo que piensan como amigas pero un dejo de profesionales.

En esas charlas,  por supuesto, te quitan la idea de que el otro es el culpable, te colocan  en un punto donde uno debe preguntarse  la responsabilidad que tiene sobre  los actos y reacciones  del otro.
Luego una rasca un poco y encuentra una pregunta sin contestar, por qué elegí a esta persona, decir que fue amor... no basta.
A veces nuestros amigos se colocan de nuestro lado, Ana y Berta no,  siempre me muestran  otros aspectos, que me hielan el corazón de contemplar mis propios actos mezquinos.

¿Qué es pedir perdón?
¿Aceptar una culpa?¿Miedo de que él lo interprete como un triunfo?

Ellas,  necesitas ir a terapia, no vayas por libre.
Yo, vale, voy  al psicoanalista y me “curo” qué pasa con mi marido.

Ellas, eso no importa, el psicoanálisis no salvará tu matrimonio, tal vez no hay nada que salvar o tal vez si.