Sin palabras

Me preguntas por qué las mujeres lloramos, por que nuestros recursos son poco razonables.
Me encabrona que interpretes mis llantos, mis silencios y mis duras miradas como táctica. No, ni táctica ni estrategia.
¡Dios mío! Lloro de pura rabia, de este enfado que me carcome, de estas palabras que ya desistieron de salir. Para qué, mis palabras, las más razonables, las hilvanadas a modo de silogismo chocaron con tus ausencias.

Ahora mi preocupación es otra, cómo lo explicaré a los niños. Qué pensarán ahora que estén alejados de un padre tan amoroso.

Creo que no puedo expresar con palabras lo que siento, he aquí esta imagen.

Parrot Tulips de Mapplethorpe

LA PALABRA QUE SANA

Esperando que un mundo sea desenterrado por el lenguaje,

alguién canta el lugar en que se forma el silencio.

Luego comprobará que no porque se muestre furioso existe el mar,

ni tampoco el mundo.
Por eso cada palabra dice y además más y otra cosa.

Alejandra Pizarnik El infierno musical, 1971.

MENDIGA DE VOZ

Y aún me atrevo a amar el
sonido de la luz en una hora muerta,
el color del tiempo en un muro
abandonado.
En mi mirada lo he perdido todo.
Es tan lejos pedir.
Tan cerca saber que no hay.

Alejandra Pizarnik. Los trabajos y las noches, 1971.