Búsqueda laboral.
He buscado trabajo en todos sitios y casi de cualquier cosa. Desde panadera en grandes almacenes hasta telefonista en una línea erótica pasando por asistente personal.
La panadería no tenía mayor problema, todo es industrial, así que si sabes leer y distinguir gramos de kilogramos era suficiente.
Otro trabajo curioso consistía en prestar mi cabello a Loreal para que experimentara en él sus tintes. No me quedé porque mi cabello es “demasiado negro”.
El trabajo de asistente personal era algo similar a una secretaría-apéndice, ahí donde fuera el jefe ahí iba yo. Además de llevar la agenda también debía preocuparme por preparar su maleta de viaje y hasta hacer los nudos de las corbatas. Uno de esos conocimientos inútiles que conservo me sirvió en esta ocasión: hacer nudos de corbatas, el Windsor me sale fenomenal. Mi padre me enseñó pero con un problema añadido, sólo los sé hacer si soy yo quien tiene la corbata puesta. Un desastre, aunque fue mi nulo francés el que me sacó de la jugada. (pagaban muy bien)
El trabajo más divertido era sin duda el de la línea erótica. La prueba de acceso consistió en “tomar” una llamada real. Me sentaron en una mesa con audífonos y micrófono inalámbricos y un selector de llamadas, según me “sonara” el cliente les contestabas la llamada, yo elegía a una lesbiana pero a los cinco minutos me colgó. Después un hombre que me pareció joven.
Realmente no me inquietan (ban) las fantasías sexuales de otras personas, pero en el caso de este chico mientras atendía su llamada, yo pensaba:
-¿Qué hace un hombre joven, a las cuatro de la tarde viendo vídeos pornos, matándose a pajas y llamando a una línea erótica?Tal vez esto sea un prejuicio equívoco de mi parte pero ¿No hay otras opciones? Por ejemplo, a) ver los videos en compañía, b) salir a la calle ligando, c) ahorrarse la llamada a estas líneas que es un auténtico asalto.
La panadería no tenía mayor problema, todo es industrial, así que si sabes leer y distinguir gramos de kilogramos era suficiente.
Otro trabajo curioso consistía en prestar mi cabello a Loreal para que experimentara en él sus tintes. No me quedé porque mi cabello es “demasiado negro”.
El trabajo de asistente personal era algo similar a una secretaría-apéndice, ahí donde fuera el jefe ahí iba yo. Además de llevar la agenda también debía preocuparme por preparar su maleta de viaje y hasta hacer los nudos de las corbatas. Uno de esos conocimientos inútiles que conservo me sirvió en esta ocasión: hacer nudos de corbatas, el Windsor me sale fenomenal. Mi padre me enseñó pero con un problema añadido, sólo los sé hacer si soy yo quien tiene la corbata puesta. Un desastre, aunque fue mi nulo francés el que me sacó de la jugada. (pagaban muy bien)
El trabajo más divertido era sin duda el de la línea erótica. La prueba de acceso consistió en “tomar” una llamada real. Me sentaron en una mesa con audífonos y micrófono inalámbricos y un selector de llamadas, según me “sonara” el cliente les contestabas la llamada, yo elegía a una lesbiana pero a los cinco minutos me colgó. Después un hombre que me pareció joven.
Realmente no me inquietan (ban) las fantasías sexuales de otras personas, pero en el caso de este chico mientras atendía su llamada, yo pensaba:
-¿Qué hace un hombre joven, a las cuatro de la tarde viendo vídeos pornos, matándose a pajas y llamando a una línea erótica?Tal vez esto sea un prejuicio equívoco de mi parte pero ¿No hay otras opciones? Por ejemplo, a) ver los videos en compañía, b) salir a la calle ligando, c) ahorrarse la llamada a estas líneas que es un auténtico asalto.
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