El asesino ciego. Margaret Atwood
Menuda invención son las madres. Espantapájaros, muñecos de cera para que les clavemos las agujas, simples gráficos. Les negamos una existencia propia, las adaptamos a nuestros antojos: a nuestra propia hambre, a nuestros propios deseos, a nuestras propias deficiencias, Como he sido madre, lo sé.
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