Desasosiego
Desasosiego, palabra tan fuera de uso, suena ya arcaica, sin embargo, es lo que define este malestar. Escucho que tu fama es proporcional a tu miseria humana, nadie se da cuenta. Miento, hay tres personas que lo saben.
Por que todos encienden la voz en off del canto de sirena.
Tus amigos, dicen que eres el mejor, porque reconocen su grandeza en tu propia grandeza, pero aún sois jóvenes, aún falta mucho. Los veo enredados en los versos del amor, y cuando digo esto, quiero decir, enredados en la métrica y en la rima, en las palabras. Pero los veo un poco primitivos: chocando piedras y extasiándose de la bellas chispas.
Mi viejo amor, me gustaría que a modo de Frankenstein pidas en ese fuego la creación de una mujer que ame tu deformidad, calme el llanto tu corazón y desborde los gritos de pasión reprimidos.
Cómo me gusta este verso de Alejandra Pizarnik:
No, las palabras no hacen el
amor hacen ausencia si digo agua ¿beberé? si digo pan ¿comeré?
Me muerto los labios, y estrujó mis manos,
Me gustaría decirte que lo intentes, que debes acabar ese proyecto de vida que contribuiste con tu semen a formar; con tu semen y con dejadez, con pereza, creíste que si solo amaba uno bastaba, y apostaste por no ser tú quien lo hacia.
Si, soy dura, porque sé que nada pierdo, ni tu amistad, ni tu cariño, ni tu indiferencia. Porque de las personas que saben tu verdad, soy la única que está lejos de tus actos cotidianos, para siempre. Porque nuestro único vínculo será el recuerdo y ése está tiritando. A mi pesar, esos reflejos lejanos del pasado son suficientes para que el desasosiego me rompa. Tal vez porque quería que ese recuerdo, no se desgastara, y fuera haciéndose más lustroso a medida que lo usaba, que lo acariciaba.
Ya ves, al final, solo me importaba no perder un recuerdo.
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