¿Qué es un texto inútil?
Hace un par de días intercambiaba emilios con Eugenia, una devoradora de textos, sobre todo de literatura. Yo le comentaba que tenía en lista la biografía política de Alfonso Guerra, el último libro de Bernardo Atxaga y 2006 de Bolaño. En realidad no he comprado ninguno, los primeros me los prestaron, el tercero está por el momento fuera del alcance de mi monedero. Euge me dice que no desperdicie mi tiempo con los dos primeros.
Al final, leí ya la primera que tiene cosas interesantes y alcanzas a distinguir lo farragoso y cuesta arriba que fue (y sigue siendo) la transición española. Más allá que uno simpatice o aborrezca al PSOE (y dentro este las fracciones como la “guerrista”). No puedo decir que el autor me conquistara pero si me puso sobre aviso sobre el cuarto poder, los mass media. Después de tanto politiqueo, tantos aciertos, tantos errores, queda ese humano. Esas disputas fraterno-políticas, los desencantos políticos y de amistad que tuvo con Felipe González. Hay párrafos memorables, que no se refieren a la contingencia política del momento, sino a la confrontación del humano con sus intereses, sus dudas, sus miedos.
El texto de Bernardo Atxaga, el primer libro que leí de él fue Obabakoak, por recomendación de Sr. Cuervo Perfecto, gracias a él conozco también el País Vasco, muchos pueblos, muchos caseríos, sus montañas, sus recovecos.
Ese primer texto me entusiasmo tanto que llegué a decir que era el Rulfo de las letras vascas, ahora no sé si me atrevería a decir esto. Sus textos me emocionan, tal vez porque me imagino, los caseríos del País Vasco, intuyo los problemas políticos (y de ahí lo cotidiano siempre a punto de ser desgarrado), las migraciones, los problemas de la lengua, y la complejidad cultural que combinada con la política satura y muchas veces envilece el ambiente.
El hijo del acordeonista me conmovió, es difícil desde lejos tomar una postura. En algún momento de la novela se da la clave de los viejos rencores, “la guerra de nuestros abuelos”, rojos, cristianos, fascistas, franquistas, comunistas. Familias divididas, familias traicionadas, familias traicioneras. La genealogía de toda familia no se mueve siempre con el mismo signo. Decía la canción de ¿Kortatu? Un patriota, un idiota. Si, hemos visto enceguecer a unos y a otros. Acá, también existen esas divisiones, en Guerrero, en Chiapas.
Al final, leí ya la primera que tiene cosas interesantes y alcanzas a distinguir lo farragoso y cuesta arriba que fue (y sigue siendo) la transición española. Más allá que uno simpatice o aborrezca al PSOE (y dentro este las fracciones como la “guerrista”). No puedo decir que el autor me conquistara pero si me puso sobre aviso sobre el cuarto poder, los mass media. Después de tanto politiqueo, tantos aciertos, tantos errores, queda ese humano. Esas disputas fraterno-políticas, los desencantos políticos y de amistad que tuvo con Felipe González. Hay párrafos memorables, que no se refieren a la contingencia política del momento, sino a la confrontación del humano con sus intereses, sus dudas, sus miedos.
El texto de Bernardo Atxaga, el primer libro que leí de él fue Obabakoak, por recomendación de Sr. Cuervo Perfecto, gracias a él conozco también el País Vasco, muchos pueblos, muchos caseríos, sus montañas, sus recovecos.
Ese primer texto me entusiasmo tanto que llegué a decir que era el Rulfo de las letras vascas, ahora no sé si me atrevería a decir esto. Sus textos me emocionan, tal vez porque me imagino, los caseríos del País Vasco, intuyo los problemas políticos (y de ahí lo cotidiano siempre a punto de ser desgarrado), las migraciones, los problemas de la lengua, y la complejidad cultural que combinada con la política satura y muchas veces envilece el ambiente.
El hijo del acordeonista me conmovió, es difícil desde lejos tomar una postura. En algún momento de la novela se da la clave de los viejos rencores, “la guerra de nuestros abuelos”, rojos, cristianos, fascistas, franquistas, comunistas. Familias divididas, familias traicionadas, familias traicioneras. La genealogía de toda familia no se mueve siempre con el mismo signo. Decía la canción de ¿Kortatu? Un patriota, un idiota. Si, hemos visto enceguecer a unos y a otros. Acá, también existen esas divisiones, en Guerrero, en Chiapas.
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