sábado, marzo 12, 2005

Dice Edwin Johns:


Por lo demás –dijo Johns-, no se trata de creer o no creer en las casualidades. El mundo entero es una casualidad. Tuve un amigo que me decía que me equivocaba al pensar de esta manera. Mi amigo decía que para alguien que viaja en un tren el mundo no es una casualidad, aunque el tren esté atravesando territorios desconocidos para el viajero, territorios que el viajero no volverá a ver nunca más en su vida. Tampoco es una casualidad para el que se levanta a las seis de la mañana muerto de sueño para ir al trabajo. Para el que no tiene más remedio que levantarse y añadir más dolor al dolor que tiene acumulado. El dolor se acumula, decía mi amigo, eso es un hecho, y cuando mayor es el dolor menor es la casualidad. Pág. 123. 2666. Roberto Bolaño