Algunas cosas leídas.
Qué cabrón el Perec.
Después de la lectura llena de bofetones termina Las cosas citando a Marx.
El medio forma parte de la verdad, tanto como el resultado. Es preciso que la búsqueda de la verdad sea a su vez verdadera; la búsqueda verdadera es la verdad desplegada, cuyos miembros dispersos se reúnen en el resultado.
Por si no hubiera salido noqueada me metí al cuadrilátero con Lispector, ( siempre me da miedo leerla)
Hay una película basada en una de sus novelas, creo que “la pasión según G. H” , Una película logra recrear las emociones que la novela produce. Esto viene a cuento porque espero que Obaba llegué a proyectarse en México.
En medio de la tormenta, Fadanelli.
¡Carajo!
Leo en La otra cara de Rock Hudson:
[...]Quiero a mi familia, señor Ramírez, y quiero conservarla. No me importa si me voy al infierno por esto, pero en esta vida nadie va a quitarme a mi marido. Me casé, soy una buena esposa, una buena madre, me chingo todos los días por ellos y sólo pido una cosa, quiero llegar avieja con mi familia completa, al menos con mi pareja. Sólo eso, señor Ramírez. Hay muchos hombres, ¿no? Yo no sé si me casé con el que más quería, pero me casé con él y ahora se chinga. ¿Me entiende? Si uno deja de pelear por lo que tiene se lo quietan todo. Pág 83
No suscribo lo que dice esta buena señora.
De la creación literaria.
Soy bastante perezosa para leer nada acerca de la creación literaria pero me zampé “apostillas a El nombre de la Rosa”, por el mismísimo Umberto Eco. Editorial Lumen.
Son muy divertidas, reflexivas y auténticamente didácticas.
“Escribí una novela porque tuve ganas. Creo que es una razón suficiente para ponerse a contar. Empecé a escribir en marzo de 1978, impulsado por una idea seminal. Tenía ganas de envenenar a un monje.” Pág. 21
La biografía del juez Garzón, importantísima para comprender como funcional la Audiencia nacional y los entramados burocráticos y políticos. También hace mención de uso perverso del lenguaje político que realiza la banda terrorista de El País Vasco. (por cierto, la cercanía con el EZLN siempre me ha parecido equivocada).
Rowling, o sea Harry Potter. Ya saben digo sin rubor que pertenezco a la Harrymanía.
Jaime Beyli. ¡Uff! La verdad es que he convivido desde mi adolescencia con homosexuales de todo tipo, y la novela no me hizo ni frío ni calor, tal vez cuando caiga otro libro en mis manos.
Vilas Matas. Sólo puedo decir una cosa de Dr. Pasavento. ¡Saraba!
Leí un texto delicioso de Virgina Wolf. Londres. Qué agudo, qué sarcástica. Tan elegante para darle puñaladas a su sociedad.
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