Chiles en nogada.
Nahuatzen era un artista en la elaboración de este platillo mexicano.
Gracias a él empecé a leer novela negra, después intercambiábamos libros, con humor –negro- los envolvíamos con la sección de nota roja o con revistas amarillistas.
Una faceta desconocida fue su interés por bailar, nos apuntamos a bailes de salón, al terminar nuestras clases en la universidad nos íbamos a buscar el ritmo, en más de una ocasión nos tocó ser pareja de baile, un fiasco, casi siempre, después de pisotones mutuos y riesgo de fracturas a ritmo de lambada, él se agarraba a la lógica y memorizaba los pasos de baile.Todo salía mal. Nos reíamos mucho.
Durante una temporada dejo de hablarme, estuvo encabronado conmigo, con justa razón. Un novio celoso me dio a elegir entre él y mi amigo. Nahuatzen tardó un par de años en “olvidar” cuál fue mi elección, sobre todo, lo estúpida que podía llegar a ser. El cariño (y el cambio de novio) nos volvió a reunir. Mi nuevo amor, Sr. Cuervo, le caía muy bien quizá por lo proclive a la ironía mordaz.
Su muerte ha sido un duro golpe.
<< Home