Indignación versus estrés postraumático
Italia Méndez
http://www.jornada.unam.mx/2006/06/18/016n1pol.php
Italia Méndez, una de las mujeres agredidas sexualmente en Atenco sale del anonimato para denunciar y ratificar su testimonio.
A pesar del trauma que vivió, narra cómo fue que la agredieron: "me arrastraron hasta el asiento de atrás del camión, me colocaron encima de dos personas y ahí me golpearon, me desnudaron y fui violada por tres sujetos. Me amenazaban con violar a mi madre y hermanas, porque tenían mi dirección. El primer policía le habló a otro y le dijo: 'ven a probar a la puta que me tocó'. Me volteaban continuamente, boca arriba o hacia abajo. Después un tercero me violó con un objeto. Sentía miedo, incertidumbre; no quise decir nada, porque si no me golpeaban peor [...] Confiesa que ahora no se atreve a salir a la calle sin compañía, por la desconfianza que le genera el entorno, sobre todo los policías; "me impresiona de repente no poder ir a la tienda a comprar un litro de leche; a cada lugar que voy, trabajo, casa, oficinas, voy acompañada.
Las secuelas psicológicas coinciden con su experiencia traumática seguramente tardará varios años en recuperar la confianza, tardará tiempo en dejar de sentir esa angustia. Ella, como todas las mujeres agredidas, tiene un largo camino de recuperación.
Tal vez no sea consciente de la importancia que tendrá que su caso tenga nombre y apellido.
Termina la entrevista diciendo:
“Ojalá y que el Mundial no termine con la indignación; exigimos justicia para cada uno de los que fuimos golpeados y torturados. No debemos olvidar nuestro pasado, porque ahora me tocó a mí, pero en cualquier momento todos corremos el riesgo de que el gobierno vuelva a hacer esto en aras del olvido".
Pregunto
¿Cuántos deseamos la desmemoria de estas agresiones?
Recordamos a Pavel
Recordamos a Digna
Recordamos a Javier
Y la lista sigue, sigue.
http://www.jornada.unam.mx/2006/06/18/016n1pol.php
Italia Méndez, una de las mujeres agredidas sexualmente en Atenco sale del anonimato para denunciar y ratificar su testimonio.
A pesar del trauma que vivió, narra cómo fue que la agredieron: "me arrastraron hasta el asiento de atrás del camión, me colocaron encima de dos personas y ahí me golpearon, me desnudaron y fui violada por tres sujetos. Me amenazaban con violar a mi madre y hermanas, porque tenían mi dirección. El primer policía le habló a otro y le dijo: 'ven a probar a la puta que me tocó'. Me volteaban continuamente, boca arriba o hacia abajo. Después un tercero me violó con un objeto. Sentía miedo, incertidumbre; no quise decir nada, porque si no me golpeaban peor [...] Confiesa que ahora no se atreve a salir a la calle sin compañía, por la desconfianza que le genera el entorno, sobre todo los policías; "me impresiona de repente no poder ir a la tienda a comprar un litro de leche; a cada lugar que voy, trabajo, casa, oficinas, voy acompañada.
Las secuelas psicológicas coinciden con su experiencia traumática seguramente tardará varios años en recuperar la confianza, tardará tiempo en dejar de sentir esa angustia. Ella, como todas las mujeres agredidas, tiene un largo camino de recuperación.
Tal vez no sea consciente de la importancia que tendrá que su caso tenga nombre y apellido.
Termina la entrevista diciendo:
“Ojalá y que el Mundial no termine con la indignación; exigimos justicia para cada uno de los que fuimos golpeados y torturados. No debemos olvidar nuestro pasado, porque ahora me tocó a mí, pero en cualquier momento todos corremos el riesgo de que el gobierno vuelva a hacer esto en aras del olvido".
Pregunto
¿Cuántos deseamos la desmemoria de estas agresiones?
Recordamos a Pavel
Recordamos a Digna
Recordamos a Javier
Y la lista sigue, sigue.

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