Una visita a Teotihuacan.
Hace un par de días llevé a los niños a Teotihuacan, estaban encantados de subir a las Pirámides fueron capaces de subir dos veces la Pirámide del Sol y dos veces la Pirámide de la Luna.
Eso sí, estaban un poco decepcionados de no haber encontrado la Pirámide de la Luz (para los que no tengan niños, se refiere a una pirámide que aparece en Yu-gi-oh, un dibujo japonés). Fuimos al museo, Saltimbanqui se impresionó mucho por los enterramientos y por la réplica de Quetzalcoatl, a mí me sorprendió que quisiera ver todas las vitrinas del museo y en muchas de ellas me preguntaba o daba su interpretación. (como si era un yo-yo de los antiguos)
Bisbirije, por ser más pequeño y más desmadroso, quería salir a correr por la Calzada de los muertos.
Ahora están entusiasmados con el día de muertos, ven las calaveras de dulce y les hace mucha gracia, ya están pensando su disfraz.
Saltimbanqui tenía mucho miedo de que hubiera solo dulces con chile, ahora es semiadicto; le sigue dando risa que hagan paletas (polos) de pepino con chile, de mango con chile; le gustan mucho los raspados (granizados) de chicle y de fresa. A Bisbirije le gustan mucho los tacos al pastor (primos lejanísimos del kebab).
Ambos han probado, y difieren en sus gustos, los chapulines y los escamoles (huevos de hormiga)
Ahora tienen una marcada entonación mexicana, con vocabulario y dicción españoles.
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