Más extraña que un perro amarillo.

Hace un par de días, mi tía nos invito a invitar a su hija, que saliéramos a tomar un café, situación un poco extraña, primero porque no tenemos nada que ver, en cuanto intereses.
Mi querida prima al igual que sus hermanos únicamente fueron a la primaria, a un colegio militar de semiinternos, (al cual intentaron inscribirnos nuestros padres pero no les alcanzaba el dinero). Después de terminar la escuela primaria, no volvieron pisar ningún centro educativo, hasta que ellos inauguraron el suyo, un centro de enseñanzas de tecnología. Mis primos, hace unos doce años, salían en la televisión, los entrevistaban como los primeros en hacer animación por computadora, los que realmente llamaba la atención es que tenían 9, 11 y 13 años.
Mi tía ahora quiere que la niña (tiene 25 años) se desmelene, pero es un poco extraña, un ejemplo, le preguntó Paulina, otra prima, por qué no usaba aretes y su respuesta fue: mi madre siempre ha pensado que su uso es un retorno al primitivismo. ¿¡Perdón!?
No quiero pensar cómo nos ven, Yo llevo tres pendientes en cada oreja y un piercing en la nariz, Paulina, lleva sus pendientes, piercing en la nariz y en la lengua.
Dice mi tía que teme por la seguridad emocional de su hija, no quiere que un “naco” cualquiera se la llevé. Y yo me pregunto, ¿no le parecerá extraño que mi prima ni siquiera sepa lo que es un beso?
¡Hijoles! Tanto tiempo fuera me había hecho olvidar estas particularidades de algunos miembro de mi familia.